Me gustaría ofrecerte una técnica.
Se trata de una técnica muy
sencilla, aunque al principio parezca muy difícil.
Si lo intentas, verás que es muy
sencilla.
Si en lugar de intentarlo sólo
hablas de ella, parecerá muy difícil.
La técnica se basa en hacer sólo
aquello que disfrutas.
Si no disfrutas, no lo hagas.
Inténtalo, porque el disfrutar es
algo que sólo procede de tu centro.
Cuando estás haciendo algo y lo
disfrutas, empiezas a reconectarte con el centro.
Cuando haces algo que no
disfrutas, estás desconectado del centro.
El gozo surge del centro y sólo
del centro.
Así pues, deja que ése sea el
criterio y sé fanático al respecto.
Si vas caminando por la calle y, de repente, te das cuenta de que no
estás
disfrutando el paseo, se acabó; eso es algo que no hay que hacer.
El gozo es el sonido de estar
centrado.
Cuando no estás disfrutando de
algo, estás fuera de centro.
No lo fuerces; no es necesario.
Y si la gente piensa que estás
loco, deja que lo piense.
En unos días descubrirás por
experiencia propia que estabas perdiéndote a ti mismo.
Hacías mil y una cosa que nunca
disfrutabas y, aun así, las hacías porque te enseñaron a hacerlas.
Simplemente estabas cumpliendo con
tu deber.
OSHO
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