lunes, 13 de mayo de 2013

EL MEJOR MOMENTO ES CUANDO EL NIÑO TODAVIA NO HA SIDO CORROMPIDO



 
 
 




La meditación no es un condicionamiento, porque la meditación no es adoctrinamiento.
 
La meditación no da ningún credo.
 
Si le enseñas a tu hijo a ser cristiano, tienes que darle una doctrina; tienes que obligarle a creer cosas que naturalmente parecen absurdas.
 
Así estás destruyendo la inteligencia natural del niño.
 
Si no te cree, tú te enfadas, y por supuesto tú eres poderoso y puedes castigar al niño.
 
Puedes torturar al niño de muchas maneras.
 
Si te cree a ti va en contra de su inteligencia intrínseca.
 
A él le parece un absurdo, pero tiene que transigir contigo.
 
Y una vez que ha transigido empieza a perder su inteligencia, se vuelve estúpido.
 
Si enseñas a un niño a ser mahometano, entonces de nuevo tendrás que enseñarle mil y una cosas absurdas.
 
Y lo mismo sucede con el hinduismo y con toda clase de credos y dogmas.
 
Si le enseñas a un niño meditación, no le estás adoctrinando.
 
No le dices que tiene que creer en algo, simplemente le invitas a un experimento de no pensamiento.
 
El no pensamiento no es una doctrina, es una experiencia.
 
Y los niños son muy, muy capaces porque están muy cerca de la fuente.
 
Todavía recuerdan algo de aquel misterio.
 
Acaban de venir del otro mundo, todavía no lo han olvidado por completo.
 
Más tarde o más temprano lo olvidarán, pero la fragancia todavía está a su alrededor.
 
Por eso todos los niños son tan hermosos, tan graciosos.
 
¿Has visto alguna vez un niño feo?
 
Entonces
¿qué ocurre con todos esos preciosos niños?
 
¿Cómo desaparecen?
 
Más tarde en la vida es muy difícil encontrar gente hermosa.
 
Entonces
¿qué ocurre con todos esos preciosos niños?
 
¿Por qué se convierten en personas feas?
 
¿Qué accidente, qué calamidad sucede en el camino?
 
Empiezan a perder su gracia el mismo día en que empiezan a perder su inteligencia.
 
Empiezan a perder su ritmo natural, su elegancia natural, y empiezan a aprender comportamiento plástico.
 
Ya no se ríen espontáneamente, ya no lloran espontáneamente, ya no bailan espontáneamente.
 
Les has obligado a entrar en una jaula, en una camisa de fuerza.
 
Les has encarcelado.
 
Las cadenas son muy sutiles...
 
Las cadenas son de pensamiento:
cristiano, hindú, mahometano.
 
Has encadenado al niño y él no puede ver las cadenas, así que no podrá ver cómo ha sido encadenado.
 
Y sufrirá toda su vida en tal encarcelamiento.
 
No es como poner a un hombre en una cárcel; es crear una cárcel alrededor de un hombre, así que vaya donde vaya la cárcel siempre está a SU alrededor.
 
Puede irse al Himalaya y sentarse en una cueva, pero seguirá siendo hindú, seguirá siendo cristiano; y todavía tendrá pensamientos.
 
 
La meditación es un camino para ir dentro de nosotros mismos hasta esa profundidad en la que no existen los pensamientos, así que no es adoctrinamiento.
 
No es enseñarte nada, de hecho, es simplemente darte a conocer tu capacidad de estar sin pensamiento, de estar sin mente.
 
Y el mejor momento es cuando el niño todavía no ha sido corrompido.
 
 
OSHO