CUANTO MÁS EMPEÑO PONES EN
OBTENER LA SABIDURÍA,
MENOS SABES.
POR ESTO, EL SABIO SABE SIN
MOVERSE...
AL PONERTE A CORRER ESTÁS
PERDIENDO, DESPERDICIANDO TU VIDA, TU ENERGÍA, TU OPORTUNIDAD.
DEJA DE CORRER, DE DAR
VUELTAS Y VUELTAS.
DEJA DE CORRER.
DE ESTO TRATA LA MEDITACIÓN:
DEJA DE CORRER Y SIÉNTATE EN SILENCIO
CON LAS VENTANAS Y LAS PUERTAS CERRADAS;
ASIÉNTATE EN TU INTERIOR, DESCANSA INTERIORMENTE,
RELÁJATE POR DENTRO, DEJA QUE
TODA LA AGITACIÓN VAYA DESAPARECIENDO.
Y ENTONCES EMPIEZA A
OBSERVAR.
AL PRINCIPIO SERÁ COMO
ANDAR A TIENTAS,
AL PRINCIPIO LA OSCURIDAD TE SUPERARÁ,
PERO A MEDIDA QUE TE
ACOSTUMBRES A ELLA,
TODO EMPEZARÁ A CAMBIAR.
ES COMO CUANDO LLEGAS DEL
EXTERIOR
—HA SIDO UN DÍA MUY CALUROSO Y HA HECHO UN SOL DE JUSTICIA—
Y ENTRAS
EN TU HABITACIÓN:
NO VES NADA.
TODO PARECE OSCURO PORQUE
LOS OJOS ESTÁN ACOSTUMBRADOS AL SOL,
LOS OJOS ESTÁN ACOSTUMBRADOS A UNA LUZ
EXCESIVA.
DE REPENTE, ESO CAMBIA.
LOS OJOS TARDARÁN UN POCO
EN ACOSTUMBRARSE;
ESO ES TODO.
SE NECESITA PACIENCIA.
CUANDO VAS HACIA TU
INTERIOR NO VES NADA;
NO SEAS IMPACIENTE, NO DIGAS AL CABO DE UN MINUTO
QUE
TODOS LOS BUDAS SON FARSANTES
PORQUE MANTIENEN QUE LA BEATITUD SE ENCUENTRA
DENTRO,
AUNQUE TÚ NO VES NADA.
NO SEAS TAN IMPACIENTE.
ESPERA.
DEJA QUE TODO SE VAYA
ASENTANDO EN TU INTERIOR;
LLEVA TIEMPO.
HAS ESTADO TAN INQUIETO
DURANTE TANTAS VIDAS
QUE ASENTARTE TE LLEVARÁ ALGO DE TIEMPO.
TEN UN POCO DE PACIENCIA.
NO ES NECESARIO NADA MÁS.
NO NECESITAS TRATAR DE
AQUIETARTE
PORQUE ESO LO PERTURBARÁ TODO DE NUEVO,
LO REVOLVERÁ MÁS.
SIMPLEMENTE NO HAGAS NADA,
PORQUE SI NO,
CAUSARÁS NUEVAS ALTERACIONES.
ESTO ES LO QUE SIGNIFICA
LA HERMOSA FRASE DE LAO TSE:
«WU WEI»
HAZ SIN HACER NADA.
SIMPLEMENTE SIN HACER
NADA, SUCEDE;
ESO ES HACER SIN HACER.
SIMPLEMENTE CIERRA LOS
OJOS Y ESPERA,
ESPERA, ESPERA, Y VERÁS CÓMO SE DESMORONAN,
CÓMO SE ASIENTAN,
CAPAS Y CAPAS DE PERTURBACIONES;
TODO SE VA ASENTANDO.
Y APARECE EL SILENCIO.
LENTAMENTE, LA OSCURIDAD
SE VA CONVIRTIENDO EN LUZ Y CONOCES A ESE UNO, CONOCIENDO AL CUAL TODO ES
CONOCIDO.
PORQUE ESE UNO ES LA
SEMILLA.
ESO ERES TÚ.
OSHO