La
meditación no es un condicionamiento, porque la
meditación no es adoctrinamiento.
La
meditación no da ningún credo.
Si le
enseñas a tu hijo a ser cristiano, tienes que darle
una doctrina; tienes que obligarle a creer cosas que
naturalmente parecen absurdas.
Así estás
destruyendo la inteligencia natural del niño.
Si no
te cree, tú te enfadas, y por supuesto tú eres poderoso y puedes castigar al niño.
Puedes
torturar al niño de muchas maneras.
Si te
cree a ti va en contra de su inteligencia intrínseca.
A él le
parece un absurdo, pero tiene que transigir contigo.
Y una vez que ha transigido empieza a perder su inteligencia, se
vuelve estúpido.
Si enseñas a un
niño a ser
mahometano, entonces de nuevo tendrás que enseñarle mil y una cosas absurdas.
Y lo
mismo sucede con el hinduismo y con toda clase de
credos y dogmas.
Si le
enseñas a un niño meditación, no
le estás adoctrinando.
No le dices que tiene que creer en algo, simplemente le invitas a un experimento de no pensamiento.
El no pensamiento no es una doctrina, es una experiencia.
Y los
niños son
muy, muy capaces porque están muy cerca de la fuente.
Todavía
recuerdan algo de aquel misterio.
Acaban
de venir del otro mundo, todavía no lo han olvidado por completo.
Más tarde
o más
temprano lo olvidarán, pero la fragancia todavía está a su
alrededor.
Por
eso todos los niños son tan hermosos, tan graciosos.
¿Has visto alguna vez un
niño feo?
Entonces
¿qué
ocurre con todos esos preciosos niños?
¿Cómo
desaparecen?
Más
tarde en la vida es muy difícil encontrar gente
hermosa.
Entonces
¿qué ocurre
con todos esos preciosos niños?
¿Por qué se convierten en personas feas?
¿Qué
accidente, qué calamidad sucede en el camino?
Empiezan
a perder su gracia el mismo día en que
empiezan a perder su inteligencia.
Empiezan
a perder su ritmo natural, su elegancia natural, y empiezan a aprender comportamiento plástico.
Ya no se ríen espontáneamente, ya no lloran espontáneamente, ya no bailan espontáneamente.
Les
has obligado a entrar en una jaula, en una camisa de fuerza.
Les has encarcelado.
Las
cadenas son muy sutiles...
Las
cadenas son de pensamiento:
cristiano, hindú,
mahometano.
Has
encadenado al niño y él no puede ver las cadenas, así que no podrá ver cómo ha sido encadenado.
Y
sufrirá toda su vida en tal encarcelamiento.
No es
como poner a un hombre en una cárcel; es crear una cárcel
alrededor de un hombre, así que
vaya donde vaya la cárcel siempre está a SU alrededor.
Puede
irse al Himalaya y sentarse en una cueva, pero seguirá
siendo hindú, seguirá siendo cristiano; y todavía
tendrá pensamientos.
La
meditación es un camino para ir dentro de nosotros
mismos hasta esa profundidad en la que no
existen los pensamientos, así que no es adoctrinamiento.
No es
enseñarte nada, de hecho, es simplemente darte a conocer
tu capacidad de estar sin pensamiento, de estar sin
mente.
Y el
mejor momento es cuando el niño todavía no ha
sido corrompido.
OSHO
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