lunes, 22 de julio de 2013

EL VIAJE DEL MEDITADOR ES HACIA LAS RAÍCES





PARA UN BUSCADOR, EL PRIMER PASO ES EL CUERPO, PERO NUNCA SE LE PRESTA ATENCIÓN NI SE TOMA EN CONSIDERACIÓN.
 
SE HA DESCUIDADO EL CUERPO NO SÓLO EN ALGUNAS OCASIONES, SINO DESDE HACE MILES DE AÑOS.
 
ESTE DESCUIDO ES DE DOS TIPOS.
 
UNA ES LA INDULGENCIA Y OTRA ES EL ASCETISMO.
 
LOS DOS MALTRATAN EL CUERPO.
 
DESCUIDAN EL CUERPO, HACEN MAL USO DE ÉL, LO DESPERDICIAN TONTAMENTE, ESTROPEAN SU INSTRUMENTO, SU VEENA.
 
EL PRIMER PASO ES EL CUERPO Y LA ATENCIÓN ADECUADA HACIA EL CUERPO POR PARTE DEL MEDITADOR.
 
LO PRIMERO:
 
EL ALMA SE CONECTA CON EL CUERPO EN UNOS CENTROS DETERMINADOS;
NUESTRA ENERGÍA VITAL PROCEDE DE ESAS CONEXIONES.
 
EL ALMA ESTÁ ÍNTIMAMENTE RELACIONADA CON ESOS CENTROS;
LA ENERGÍA VITAL FLUYE HACIA EL CUERPO DESDE ESOS CENTROS.
 
EL BUSCADOR QUE NO ES CONSCIENTE DE ESOS CENTROS NUNCA SERÁ CAPAZ DE PERCIBIR EL ALMA.
 
DEL MISMO MODO QUE LAS PLANTAS TIENEN RAÍCES EN LA TIERRA DE DONDE EXTRAEN SU ENERGÍA VITAL, LOS FLUIDOS VITALES, Y VIVEN A TRAVÉS DE ELLAS, DE UN MODO SIMILAR, EN ALGÚN LUGAR DEL CUERPO HUMANO HAY RAÍCES QUE EXTRAEN LA ENERGÍA VITAL DEL ALMA.
 
GRACIAS A ESTO, EL CUERPO SE MANTIENE VIVO.
 
EL DÍA QUE ESAS RAÍCES SE DEBILITEN, EL CUERPO EMPEZARÁ A MORIRSE.
 
LAS RAÍCES DE LAS PLANTAS ESTÁN EN LA TIERRA, LAS RAÍCES DEL CUERPO HUMANO ESTÁN EN EL ALMA.
 
PERO EL HOMBRE NO ESTÁ CONECTADO CON SU ENERGÍA VITAL NI A TRAVÉS DE LA CABEZA NI A TRAVÉS DEL CORAZÓN;
SI NO SABEMOS NADA DE ESTAS RAÍCES, NUNCA PODREMOS FORMAR PARTE DEL MUNDO DE LA MEDITACIÓN.
 
EL PUNTO MÁS IMPORTANTE DEL CUERPO HUMANO ES EL OMBLIGO; DESPUÉS SE DESARROLLA EL CORAZÓN Y DESPUÉS LA MENTE.
 
SON RAMAS QUE SE DESARROLLAN MÁS TARDE.
 
SOBRE ESTAS RAMAS BROTAN LAS FLORES.
 
LAS FLORES DE LA SABIDURÍA FLORECEN EN LA MENTE, LAS FLORES DEL AMOR FLORECEN EN EL CORAZÓN.
 
PERO LAS RAÍCES DEL CUERPO HUMANO Y SU ENERGÍA VITAL SE ENCUENTRAN EN EL OMBLIGO.
 
AHÍ NO BROTA NINGUNA FLOR.
 
LAS RAÍCES SON ABSOLUTAMENTE INVISIBLES NI SIQUIERA SE PUEDEN VER.
 
EL VIAJE DEL MEDITADOR ES HACIA ABAJO, HACIA LAS RAÍCES.
 
HAY QUE DESCENDER DE LA CABEZA AL CORAZÓN Y DEL CORAZÓN HASTA EL OMBLIGO.
 
SÓLO PODEMOS ENTRAR EN EL ALMA A TRAVÉS DEL OMBLIGO; NUNCA LO CONSEGUIREMOS SI NO LLEGAMOS AHÍ.
 
LO PRIMERO QUE HAY QUE ENTENDER ES QUE EL CENTRO DE LA ENERGÍA VITAL DEL HOMBRE SE HALLA EN EL OMBLIGO.
 
 
OSHO



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